[Memorias de una obsesiva]
Bajé del camión para verte de cerca
caminé entre la gente
empujando cuerpos sin rostro
todo por ver la dilatación de tus pupilas
me senté a verte esperar
[las luces pasaban espesas frente a mí]
tus ojos… inolvidables
profundos mares de noche
sin luna sin estrellas
esperando…
llegó tu carruaje alado
me elevé contigo sobre el asfalto
danzándome el músculo palpitante
desbordándome del cuerpo
de ésta vida, hasta entonces sin pena ni gloria
te besé desde mi asiento naranja
pasé mis dedos por tu cabello nocturno
y descendí contigo en la distancia
me fue fácil notar
que buscabas en quien descargar tu amor contenido
fingí ser tu puta
coloreé mi boca de rojo
esparcí en el aire mi perfume
e hice sonar mis tacones sobre la banqueta
volteaste
me viste pero no te diste cuenta que era yo porque aun no me conocías
me abriste las piernas, eyaculaste
al menos eso creíste todo el tiempo
mi corazón abierto fue humedecido con tu dulce jarabe
sanando mi vida
una vida con sus 365 días al año
después que subiste tu bragueta
hurté tu cartera
y caminé a hurtadillas hasta la tuya [tu vida]
me inventé un credo, un nombre
un rostro para que no me reconocieras
me revolqué en tu cama
y tuve hijos con tu sangre que no eran tuyos
llevé tu apellido
estuve en tus cumpleaños
en bautizos y entierros de personas a las que apreciabas
y que yo jamás pude amar
sólo te quería a ti
aunque tú ni siquiera me recordabas
porque nunca te detuviste a ver de cerca mis pupilas dilatadas
cada vez que pasabas frente a mí.
Imagen: Turqueza / Fabián Pérez